1
No hagas aquello que no desees o con lo que no estés de acuerdo. Si bien no será suficiente para superar tu síntoma, estarás dando un gran paso al ahorrarte las contradicciones que disminuyen el respeto por ti mismo.
|
2
Afirma diariamente tus pensamientos asertivos. Afirma que tú puedes llegar a superarte si avanzas un paso cada día. Los pensamientos asertivos influyen positivamente en tu mente, y permiten que aumente, paulatinamente, la confianza en ti mismo.
|
3
Desea fuertemente alcanzar el estado de confianza en ti mismo. La carga emocional de tu deseo reforzará los pensamientos asertivos.
|
4
Reflexiona acerca de la importancia que le otorgas a la opinión de los otros: ¿quiénes te resultan importantes?, ¿son acaso las opiniones de cualquiera, o sólo las de algunas personas que tienen atributos valorados por ti? Vuelca por escrito los nombres de todas las personas cuyo dictamen influencie sobre tu comportamiento, y ordénalos en dos columnas: a) Aquellas que tengan atributos valorados por ti. b) El resto de las personas, cuya opinión te influencia aunque no tengan valores reconocidos.
|
5
Genera situaciones sencillas en las que puedas comenzar a entrenar tu expresión ante personas de la columna a). Por ejemplo, si valoras la capacidad organizativa de un compañero de trabajo, hazle un pequeño comentario elogiando su aptitud. Si valoras la simpatía de un amigo, dile cuánto te agrada encontrarlo. Toma nota de tu modo de sentirte cada vez que lo logres. Reforzarás tu confianza en situaciones de poco riesgo para tu imagen.
|
6
A medida que sientas como crece tu habilidad para comunicar cosas agradables para los demás, agrega pequeñas experiencias en las que expreses cosas que sean agradables para ti mismo. Por ejemplo, comenta cuánto te ha interesado un libro que estés leyendo, o lo divertida que ha sido una película. No es necesario que los comentarios sean relevantes en sí mismos. Recuerda que los realizas para entrenar tu expresión.
|
7
Avanza un paso más. Comienza a entrenarte en la expresión de tus desacuerdos con los otros. No entables los "grandes temas". Inicia planteando situaciones nimias que te incomoden en la vida cotidiana. Por ejemplo, dile a tu pareja que te sientes incómodo con hacer siempre una determinada tarea, y que desearías dejar de hacerla al menos por un tiempo. Recuerda que lo que buscas es fortalecer tu capacidad de expresar tu propia opinión, más que resolver un conflicto.
|
8
Paralelamente a tu entrenamiento con las personas de la lista a), crea situaciones para entrenar tu expresión con las personas y situaciones de la lista b). Por ejemplo, entra a una librería para preguntar por un libro que no quieras comprar, pide la hora en la calle a un desconocido aunque tengas reloj, pregúntale a un transeúnte cómo llegar a algún lugar al que no desees ir. Con estos ejercicios reforzarás el aspecto lúdico de tu entrenamiento, y te divertirás, al tiempo que superas tus inhibiciones.
|
9
Entrénate en reclamar aquellos derechos que sientes no te son respetados: quéjate cuando no recibas el servicio adecuado, advierte cuando alguien no haya cumplido sus acuerdos contigo.
|
10
Recuerda que no es posible agradar a todo el mundo, todo el tiempo, pero valora agradarte a ti mismo, cada día. Para ello, no renuncies a aquello que entiendes que deseas o que te corresponde.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario